Guardo un recuerdo gratificante de mis clases de Metodología y didáctica de la lengua inglesa que estudié con gusto durante la carrera de Filología Inglesa. Por eso, creo
que es interesante compartir con vosotros algunos de los contenidos del diario
que elaboré para esa asignatura en diferentes entradas de este blog.
En una de las clases analizamos las aplicaciones de los diferentes
enfoques educativos (posturas teóricas y creencias sobre la naturaleza del
lenguaje, la naturaleza del aprendizaje de la lengua y cómo aplicar todo ello
en un contexto pedagógico). Me resulta evidente ahora que los principales son:
Se llegó a la conclusión de que el profesor, enseñante o instructor,
cuando este quiere comenzar con su clase o aplicar su metodología, se le
presentan varias opciones para elegir o combinar en función de su estilo de
enseñanza o punto de vista didáctico. Pero algo está claro: la teoría y la
práctica no son lo mismo; por lo tanto, para enseñar en la práctica un profesor
debe tener en cuenta las características de sus estudiantes, sus necesidades y
conductas o maneras de aprender.
Según la experiencia de los profesores en general, hay algo que
siempre se da en toda clase (y quizás a nivel sociológico): la división en tres
grupos principales, dos pequeños y uno grande. Los primeros son dos grupos muy
contrastados entre sí y el tercero es el mayoritario:
- El grupo de bajo rendimiento. Formado principalmente por estudiantes problemáticos o indisciplinados y estudiantes con necesidades especiales (como los autistas).
- El grupo de alto rendimiento. Formado por estudiantes con talento académico y alta motivación intrínseca.
- El grupo de la mayoría. El más grande de los tres. Formado por estudiantes de rendimiento medio.
El objetivo es que el profesor debe centrarse y planear la aplicación de su unidad didáctica pensando en el grupo mayoritario; de esta forma debe hacer útil y
más interesante sus enseñanzas de segunda lengua debido a que estos estudiantes
suelen amoldar su comportamiento a los del profesor (un profesor siempre es
analizado por sus estudiantes).
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Disposición de una clase participativa. |
El hecho que el tercer grupo esté desmotivado puede suponer un claro handicap, y esto, mediante el contagio
emocional, puede repercutir al resto de la clase. Por consiguiente, para
solucionar este problema, el profesor tendría que transmitir a sus estudiantes
que el trabajo es necesario, y estimularles a trabajar por equipos, en los que
el proceso, y no los resultados, sea lo importante.
Cabe destacar también la
necesidad de recompensar a los alumnos por el trabajo colaborativo, se trata de
involucrar a toda la clase con una actitud productiva; eso conduce a que la
desventaja con la que partía el enseñante se convierta en una ventaja
considerable.
De nuevo los enfoques juegan un papel importante en este contexto: el
ambiente de baja ansiedad del Enfoque Humanista y el trabajo por parejas del
Enfoque Comunicativo son cruciales para que estas aplicaciones prácticas tengan
éxito.
De todo ello se deduce que las clases de capacidades mezcladas son el
tipo de clases más frecuentes dada su heterogeneidad. Una buena planificación
que estimule el trabajo en equipo es crucial para gestionarlas.
(Imagen).
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