martes, 17 de marzo de 2015

Reseña de 'Metáforas de la vida cotidiana': ¡metáforas, metáforas por todas partes!

Hace poco leí este ensayo clásico de George Lakoff (lingüista) y Mark Johnson (filósofo) y la verdad es que me siento un poco más Pepito Grillo en el plano lingüístico. El libro trata de cómo la metáfora va más allá de ser una figura retórica y pasa a formar parte de nuestro lenguaje cotidiano que afecta a la manera en la que pensamos, sentimos y actuamos. Tanto es así que apenas somos conscientes de la presencia de esta figura retórica en nuestro día a día.

Estos autores afirman que nuestro sistema conceptual, en términos del cual pensamos y actuamos, es principalmente de naturaleza metafórica. Se entiende metáfora como un tropo (la sustitución de una expresión por otra de sentido figurado) que posibilita la descripción de algo a través de una semejanza por analogía. Por ejemplo: «Aquiles es un león» (lo que equivaldría a «Aquiles es valiente»).




Para ilustrar esta tesis, Lakoff y Johnson (1991) [1980] nos ofrecen una serie de ejemplos de los que destaco los siguientes:


El concepto DISCUSIÓN. La discusión es una guerra:

Tus afirmaciones son indefendibles.
Atacó todos los puntos débiles de mi argumento.
Nunca la he vencido en una discusión.
¿No estás de acuerdo? Vale, ¡dispara!


El concepto TIEMPO. El tiempo es dinero:

Nos ha hecho perder el tiempo.
He invertido mucho tiempo en ello.
Tenemos que calcular el tiempo.
¿Le sobra mucho tiempo?
Vive de tiempo prestado.


El concepto MENTE. La mente es una máquina:

Vas a perder el control.
Mi cerebro no funciona hoy.
Hoy está un poco oxidado.
Les patinan las neuronas.
Le falta un tornillo.


Los conceptos MÁS y MENOS. Más es arriba, menos es abajo:

El número de libros impresos cada año sigue en alza.
Mis ingresos se elevaron el año pasado.
Es menor de edad.
Si tienes demasiado calor, baja la calefacción.


El concepto VIDA. La vida es un recipiente:

     La vida está vacía para ella.
    No queda mucho en la vida para él.
    Vive la vida en su plenitud.
    Nuestra vida está llena de actividad.

Cuantas más facetas metafóricas de un concepto se tenga, más rasgos asimilaremos del segundo, ya que una metáfora nos da una explicación parcial del concepto y esto varía entre culturas; de ahí a que cada lengua tenga su genio o manera de plasmar la realidad a través de las expresiones lingüísticas.

Otro punto interesante es el planteamiento que muestra cómo asimilamos los conceptos: ni de forma objetiva, ni de forma subjetiva, sino en función de nuestra experiencia y nuestros esquemas previos. Es decir, que ante conceptos con cierto grado de abstracción como amor, tiempo, idea, moralidad, etc., recurrimos a metáforas intuitivas para interiorizarlos y expresarlos.

Como conclusión, y tras estas pinceladas que sintetizan la esencia de este libro, recomiendo su lectura y relectura por lo accesible, cómoda y estimulante que resulta. Una lectura que te cambiará los esquemas y hará que tomes conciencia de cómo comprendes y te comunicas en el día a día. Más que una lectura, se trata de un «bocado de placer intelectual».


Referencias bibliográficas:

Lakoff, G. y Johnson, M. (1991) [1980]. Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra.

Imagen.









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