martes, 15 de julio de 2014

Diferentes maneras de ligar en función de la personalidad (y II)

En el post anterior se ha visto cómo determinados rasgos de la personalidad requieren diferentes maneras de abordar y de tratar a los diferentes sujetos a la hora de seducir. En el post de hoy concluyo el recorrido de los distintos eneatipos.


 Eneatipo 5. El Intelectual

O sapiosexuales, son personas, hombres y mujeres, que están enamoradas de lo abstracto; de sus neuronas no paran de brotar ideas; por ello buscan menos compañía humana que los demás. Los intelectuales no seducen con besos ni con el físico, sino que lo hacen con su sabiduría, su mirada, provocadora, inquisitiva, despierta y ávida de atrapar lo desconocido. Seducen tanto en las distancias cortas como las largas, un paso adelante, dos atrás. Les atraen las palabras: ladrillos del ser que viste al poeta (Heidegger sostenía que los poetas eran aquellos que mejor comprendían al ser), peldaños de comprensión de la escalera de la sabiduría. Se centran más en reflexionar que en sentir.

¿Qué ofrece? Conocimiento, sabiduría, independencia y seguridad.

¿A quién? A todo aquél abierto al aprendizaje.

¿Cómo lo hace? Juega con el equívoco, retrasando la satisfacción propia y ajena. Es muy selectivo. Juega con el principio de escasez: se muestra como un premio selecto, solo para unos pocos connaisseurs (véase Cialdini, 1990).

Motivaciones: Saber, aprender, conocer, pensar e investigar.

Expectativas del seducido: estimulación intelectual. Sentirse protegido por alguien que sabe más y conoce mejor la realidad.

Claves para atraer a un Intelectual: respetar su espacio personal y soledad, ya que no soporta la dependencia y las intromisiones. No hay que abrumarle con exigencias emocionales. Hay que facilitarle la expresión de los sentimientos en el tiempo presente; ayudarlo a sentir.



Eneatipo 6. Afrodita

Representa la sensualidad femenina, sabe sacarle partido a su físico provocando pasiones y estimulando el deseo allá donde va. Busca la protección emocional, física y económica de un hombre maduro y asentado en la vida (como la pareja Bruni-Sarkozy). Para los tiempos actuales y la gran independencia de la mujer, se trata de un tipo de seductora arcaico, aunque sigue teniendo su público. Afrodita suele ser calculadora y contradictoria: independiente y dependiente, a la vez, de los afectos y economía de otros.

¿Qué ofrece? Fantasía sexual, promesa de goce.

¿A quién? A hombres serios, proyectores y responsables asentados en todos los planos de la vida.

¿Cómo lo hace? Apelando a las emociones y a los bajos instintos.

Motivaciones: busca certeza y seguridad. Quiere sentirse mimada poniendo a prueba la valía del seducido.

Expectativas del seducido: liberarse de la rutina, la opresión intelectual. Desea dejarse llevar por los sentidos. Afianzar su imagen de hombre triunfador y poderoso.

Claves para atraer a Afrodita: ofreciendo lealtad, aplomo y seguridad. Hay que animarla a que exprese sus inquietudes y responderle con opciones positivas. Es importante transmitirle optimismo y tranquilidad. No menciones al principio su atractivo físico.


Eneatipo 7. El Cautivador

El Cautivador es entusiasta por naturaleza, optimista y sabe disfrutar de la vida. Contagia emociones positivas y da las gracias de modo exuberante y sincero. Es un maestro de poner las cosas en práctica que domina el arte de la conversación. Suaviza lo negativo de la vida con la transmisión de emociones positivas. Al huir de lo desagradable, no saborea la vida con profundidad; sus relaciones tienden a volverse superficiales. Un ejemplo de ello es Bill Clinton, conocido por ser uno de los presidentes más carismáticos de EE. UU.

¿Qué ofrece? Alegría, optimismo, motivación y una gran verborrea.

¿A quién? A personas encasilladas, con malas experiencias del mundo adulto que necesitan una onda positiva, frescura y fluidez.

¿Cómo lo hace? Dando siempre las gracias. Se abre con dinamismo y movimiento. Permite al seducido tener y disfrutar de sus victorias. Tiene palique.

Motivaciones: huye del dolor, del aburrimiento. Aprende divirtiéndose. Es un disfrutón.

Expectativas del seducido: contagiarse de su positividad, abrirse a la esperanza, al optimismo. Recibir la motivación necesaria para alcanzar sus metas.

Claves para conquistar a un Cautivador: ayudándolo a frenar el ritmo y a que se comprometa con lo que sí puede cumplir. No te muestres inseguro o infeliz, no critiques a los demás. Hay que hacer que se enfrente al dolor y al miedo, en lugar de huir de ellos.


Eneatipo 8. El Líder

Para que un líder sea seductor, este tiene que tener carisma. Transmite un mensaje rotundo, enfervorizado y teatral. Alimenta ideas y enaltece sentimientos y provoca pasiones. Es inspirador por naturaleza y hace sentir valioso al oyente. Todo lo que dice está impregnado de honestidad, sentido de la justicia, integridad, etc. Tiene seguridad y capacidad de desafío, ha aprendido a ser fuerte desde la infancia. Tiene miedo a la intimidad.

¿Qué ofrece? Protección, seguridad, valentía, justicia y certezas.

¿A quién? A personas con necesidad de pertenencia, que quieren ser guiadas por alguien carismático.

¿Cómo lo hace? Con un discurso seguro, confiando en su propia fortaleza. Transmitiendo vitalidad y valentía. Se viste de acuerdo con sus ideales. Difundiendo mensajes y consignas que llaman a la acción.

Motivaciones: control y dominio de su espacio y de las personas que pueden repercutir en su vida. Se hace respetar y huye de la duda y la debilidad.

Expectativas del seducido: dejar la responsabilidad en manos de un líder. Sentirse apoyado y respaldado.

Claves para seducir a un Líder: evitar las insinuaciones porque no le gusta lo que no es claro. Muéstrate franco y firme en tus decisiones. Apóyalo en sus demostraciones de ternura.


Eneatipo 9. El Encantador

Es un remanso de tranquilidad, se amolda para que todo el mundo se sienta cómodo. Busca la aprobación y el amor. Mientras el Rescatador es un tipo de acción, el Encantador inspira la reacción, aliviando la tensión del alma herida. Huye de todo tipo de conflicto. Suele identificar el talento de los demás y glorificarlo para que la otra persona se sienta bien; es un maestro del reencuadre (herramienta PNL): convierte tus defectos en virtudes. Suele aparejarse con personas atrevidas y resueltas, como los líderes.

¿Qué ofrece? Tranquilidad, afabilidad y confianza; no desea aprovecharse de ti.

¿A quién? A todo el mundo; y, sobre todo, a personas estresadas, con problemas.

¿Cómo lo hace? Sin discutir ni pelear, el otro siempre gana y tiene la razón. Alimenta la autoestima del contrario.

Motivaciones: sentirse cómodo, lograr un clima cordial. Sentirse respetado, hacer lo que se debe y está bien visto.

Expectativas del seducido: encontrar un rincón de paz y armonía.

Claves para conquistar a un Encantador: pregúntale qué desea y deja que él encuentre la respuesta. Anímale a ser más asertivo, a expresar su descontento, permítele que se ocupe de sus intereses. Valora sus fortalezas y felicítalo por sus logros. Invítalo a que aprenda a priorizar sus tareas, a que distinga lo esencial de lo accesorio (véase la gestión del tiempo de Covey, 2011 [1989]).

Dicen que un psicólogo es una persona que en un estriptis, en lugar de mirar al o a la estríper, mira las reacciones del público. Con estas pinceladas de unos patrones que se repiten en la conducta humana y nuestra capacidad de observación, podremos a partir de ahora seducir a las personas que nos atraen con mayores probabilidades de éxito; sorprendiéndoles como si fuéramos unos auténticos magos de las relaciones humanas. Espero que le saquéis partido desde ya.


Referencias bibliográficas:

Cialdini, Robert (1990). Influencia: ciencia y práctica. Trad. José Armengou Enríquez. Barcelona: Sastre Vidal.

Covey, Stephen R. (2011) [1989]. Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva: la revolución ética en la vida cotidiana de la empresa. Barcelona: Paidós.

Vallejo-Nágera, Alejandra (2009). Psicología de la seducción. Madrid: Espasa Calpe.

(Imagen).








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