Hace poco leí este
libro, clásico de la literatura de desarrollo personal, escrito por el coach, comunicador
motivacional, escritor y empresario estadounidense Anthony Robbins. Un libro
que nos enseña a manejar nuestro potencial para alcanzar el éxito.
Poder sin límites (Robbins, 2011 [1987]), me ha supuesto una lectura amena y muy clara
(gracias a la excelente traducción de José Antonio Bravo). He disfrutado de la
mayoría de los capítulos, puesto que me resultaron novedosos. Se trata de un
libro que sorprende por su frescura y aportaciones, tan vigentes hoy como hace
casi 30 años, fruto de la experiencia de un joven Tony Robbins (tenía 27 años
en 1987), autor que, al igual que Jordi Hurtado (presentador de Saber y ganar), parece que ha hecho un pacto
con el diablo para mantenerse tan joven a día de hoy.
Destaco de este
autor tres rasgos:
1. Un entusiasmo
arrollador,
2. una gran
experiencia, sabe de lo que habla; y
3. una imagen muy
cuidada.
Estas tres
cualidades le otorgan un gran carisma y por ello es un referente para muchos
oradores y coaches PNL actuales.
¿Qué es la PNL? PNL significa Programación NeuroLingüística (no confundir con la
Neurolingüistica, la ciencia que estudia el lenguaje en relación con las
lesiones en el cerebro que causan diferentes afasias y los mecanismos neuronales
que intervienen en el lenguaje [le dedicaré un post más adelante]).
La PNL es un
enfoque comunicativo, del desarrollo personal e incluso psicoterapéutico creado
por Richard Bandler y John Grinder en California, EE. UU. en los 70. Su tesis
es que existe una conexión entre los procesos mentales, el lenguaje y la
conducta del individuo aprendidos por la experiencia; sostiene que podemos
«programar» nuestro cerebro para alcanzar nuestros objetivos; dicho de otra forma,
la PNL pretende ayudar al ser humano a convertirse en lo que quiere realmente
ser.
Justamente de eso
trata el libro: alcanzar nuestras metas en la vida a través la modificación de nuestros hábitos neuronales. Robbins utiliza una metáfora muy poderosa que ponía
en práctica en sus seminarios: caminar descalzo unos cuantos metros sobre un
manto de brasas ardiendo... ¡sin quemarse y sintiéndote ganador! Esto se
consigue mediante una comunicación eficaz con nosotros mismos. La comunicación
es poder. El dominio de esta (tanto interna como externa) determinará el grado
de éxito con los demás a nivel personal, emocional, social y económico.
Otro tema
importante es del modelaje. Consiste en lograr los mismos resultados de las
personas que tienen éxito y admiramos copiando simplemente su manera de
respirar y fisiología, su manera de ver el mundo (visual, auditiva o
cenestésica [sensitiva]) etc. Según el autor esto le ha funcionado, por
ejemplo, cuando ha hecho coaching a deportistas de elite y empresarios. Se trata
de un atajo para el éxito.
Lo que más me ha
gustado del libro son los capítulos relacionados con el cambio de perspectiva
(redefinición del marco) y sobre la
jerarquía de nuestros valores (en eso coincide con Stephen Covey). Considero que
estas aportaciones son muy fáciles de aplicar y pueden hacernos ver soluciones
donde los demás ven problemas, a gestionar nuestras emociones y a planificar
nuestras vidas basándonos en nuestros estándares personales.
No estoy de acuerdo, en cambio, con todo lo que dice el autor en este ensayo de autoayuda y, por ende, la PNL.
Por ejemplo, en el tema del modelaje, considero que podemos aprender mucho del
lenguaje no verbal y hábitos de entrenamiento de deportistas consagrados. O de
los hábitos, proactividad y habilidades sociales de los grandes directivos de
empresa; pero considero que el talento
individual hace que se incline la balanza hacia el éxito; es decir, no existen
atajos para triunfar, sino mucho esfuerzo, disciplina y aprovechar el potencial
de cada uno.
Discrepo también
del hecho que tengamos un sistema de representación personal preferente
(visual, auditivo o cenestésico). Opino que la mayoría, al fin al cabo, empleamos los
cinco sentidos, lo único que, debido a la cultura y a la variedad regional de
nuestro idioma, se tiene la costumbre de comunicarnos haciendo referencia mayor a la
vista, oído o sensaciones. Por ejemplo en Andalucía se dice más «cusha
compadre» que «mira compadre», etc. Todo es cuestión también de la riqueza de
vocabulario que se tenga (a mayor nivel cultural, mayores flexibilidad y recursos expresivos).
Pero, si le
diésemos la razón a la PNL al respecto, esto se debería ampliar a la teoría (no
demostrada empíricamente) de las inteligencias
múltiples de Gardner en 1983. Según
Gardner tenemos siete inteligencias
diferentes (lógico-matemática, visual-espacial, kinestésica, verbal-lingüística,
musical, interpersonal e intrapersonal) que hacen que todo el mundo pueda
destacar en alguna de ellas para desarrollar su talento. Lo cual haría que, por ejemplo, las personas con inteligencia musical o verbal-lingüística
tendiesen a emplear un sistema de representación auditivo.
En suma, a pesar de
mis observaciones críticas, recomiendo la lectura de este bestseller que nos introduce en la ciencia del desarrollo personal
y, sobre todo, coincido con el autor en que lo interesante es poner en práctica estos conocimientos
para vencer nuestras creencias limitantes y alcanzar nuestros propósitos más elevados.
La verdadera ambición va más allá de lo realista.
Referencias bibliográficas:
Robbins, Anthony (2011) [1987] . Poder sin límites. Trad. José Antonio Bravo. Barcelona: Random
House Mondadori.
(Imagen).
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