domingo, 1 de enero de 2017

Año 2016: como la vida misma


En estos 366 días han pasado bastantes cosas que resumiré sucintamente centrándome en los aspectos profesionales y personales más relevantes.

Para empezar, este ha sido un año especial en muchos aspectos. Algunos positivos y otros negativos. Considero positivo el hecho de cómo he llevado a cabo mi primera traducción de un libro, que saldrá publicado durante este año. Le doy las gracias al traductor Juan Carlos Postigo por aceptar traducirlo conmigo, y por lo profesional y colaborador que se ha mostrado en todo momento; destaco también las buenas relaciones que hemos mantenido con la editorial Marcial Pons.

Metas 2017


Me he visto en la transición de ser un traductor inseguro y perfeccionista, a la de ser una persona totalmente distinta: una persona más organizada, que sabe hacer frente a nuevas dificultades imprevistas y que ya va perfilando su propio savoir faire a la hora de hacer bien su trabajo (tanto de traductor como de profesor particular de idiomas). Fruto de ello es la creación de mi página web Licurgo Translations.

He dejado atrás tener tanto ego intelectual y he empezado a sentir orgullo profesional por mis competencias, aunque siempre con la humildad de tener que seguir mejorando y seguir aprendiendo; dicho de otra forma, he dejado de ser tan teórico y mucho más pragmático y eficiente, en la senda de la mejora y del aprendizaje continuo. Y me alegro por ello.

En Psicología he aprendido bastante sobre clínica y, por fin, me he quitado la espinita que tenía con las asignaturas de Estadística y Psicometría. Mi predisposición ha cambiado al tener nuevos profesores que realmente han conectado con mi manera de comprender las cosas.

Por ejemplo, en Metodología Experimental he podido disfrutar haciendo nuestra primera «investigación» sobre un tema que a mi grupo de trabajo especialmente a mí que nos apasiona: la memoria de trabajo y su relación con el medio escénico. ¿Sabías que en presencia de otras personas (hablando en público), disminuye nuestra capacidad de recordar y manejar información en nuestra mente? Así lo confirmó el programa estadístico SPSS. Aunque, dado el tamaño de la muestra, para que el experimento fuera riguroso, debería hacerse en condiciones más controladas y con un mayor número de sujetos. Le doy las gracias al Dr. Pelegrina por su entusiasmo y por darnos carta blanca para elegir el tema de nuestro interés; recuerdo la frase que siempre repetía él: «Todo tiene que ver con todo pero no del todo», que nos sirve tanto para la estadística como para la vida. Por fin salieron los números. Y me alegro por ello.

En lo personal, he consolidado buenas amistades y he superado algunos complejos que llevaba arrastrando. Me sorprendo de lo que soy capaz de hacer ahora, y, si tuviera que decirle algo a mi antiguo yo de 20 años le diría: «No tengas miedo de socializar más, sal de tu zona de confort, ten más iniciativa y, sobre todo, conócete, trabaja tus valores y sé coherente con estos» (sé que es un tema muy manido, pero si en su día hubiese aprendido tan solo un 1 % de la información que circula actualmente sobre el tema, habría ganado mucho tiempo).

Entre otras cosas, era totalmente incapaz de hablar en público ni de dialogar con la fluidez que tengo ahora. Sin duda, leer mucho y tener inquietudes culturales más amplias es de gran ayuda; y, cómo no, también lo es el hecho de participar activamente (espero que este año más) en el club de liderazgo y oratoria Toastmasters Málaga. Y me alegro por ello.

Los aspectos negativos (aparte de este año nefasto para la música –¡cuánto me ha dolido la muerte de George Michael!–, las guerras, las crisis y barbarie en el mundo), han sido pocos en el plano personal y los dejo en «secreto de sumario» (esto es un blog, no la prensa del corazón).

En el campo académico y profesional, sin duda he sacado lecciones valiosas de todos los contratiempos que ha habido. Sin duda, la mejor es la de las 5 P: Prior Planning Prevents Poor Performance (una planificación previa evita una mala actuación). Y me alegro por ello.

En definitiva, ya lo dijo Fernando Savater cuando dio una conferencia en mi universidad hace unos años: es mucho más realista buscar la alegría que la felicidad, porque la felicidad nunca se alcanza realmente; y la alegría se puede cultivar. Y razón no le falta: si estuviésemos felices y satisfechos… nuestro grado de conformismo sería el de un muerto. Por tanto, lector, te deseo un año 2017 lleno de alegrías para que estés razonablemente satisfecho. Sé un disfrutón (o gozón, como dirían en Cuba), aprovecha cada experiencia, aprendizaje, no te preocupes tanto por los problemas y ocúpate de lo que depende de ti; lo demás es agotarte innecesariamente.

Ante el tempus fugit, no hay nada como sapere aude y carpe diem. Y me alegraré por ti.





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