martes, 5 de enero de 2016

Año 2015: sorpresas, aprendizajes y placeres

El año que acabamos de despedir fue un año que no me ha decepcionado, pero que tampoco ha sido especialmente espectacular –muchos pensaréis lo mismo–. Resumiéndolo en tres palabras: sorpresas, aprendizajes y placeres.




Sorpresas: afortunadamente, salvo los pequeños contratiempos cotidianos y alguna noticia que otra, no ha habido sorpresas negativas (en el ámbito personal) que señalar. Recuerdo con mucha satisfacción el correo que daba el visto bueno para traducir mi primer libro, la consecución del diploma de nivel de francés DALF C2 (nivel más alto) o el nacimiento de un nuevo sobrino segundo y su bautizo.

Aprendizajes: este año he seguido con mis estudios, que cada vez encuentro más estimulantes, y me ha ido muy bien con las calificaciones; se nota que tengo motivación intrínseca por mi carrera: estudio por satisfacción personal, más que por futuras recompensas. En cuanto a las relaciones sociales, me siento cada vez más a gusto con la gente que me rodea y que me aporta saber vivir y estar; es importante cuidar los afectos.

Placeres: están relacionados con los dos puntos anteriores. Empezar a traducir mi primer ensayo, leer de media un libro a la semana sobre la temática que me plazca (gracias a la biblioteca de la Universidad de Málaga), conocer gente interesante, ver que los míos están bien o salir a correr al paseo marítimo con el buen tiempo (incluso en mangas cortas en invierno) son situaciones y hábitos que me proporcionan un gran bienestar.

Respecto a los propósitos del año pasado, estoy bastante contento porque los he cumplido casi todos, excepto la dieta (sigo pesando más o menos lo mismo). Para el año presente no voy a cambiar mucho los propósitos del anterior porque tampoco soy una persona muy distinta. Como tengo muy interiorizado el aprendizaje continuo y el disfrute del momento presente, seguiré en mi línea y procuraré pulir mi diamante, vivir el día a día –para sentir que he aprovechado bien mi tiempo–, desarrollarme y aportar calor a quien se lo merezca.

Mi ejemplo es mi propósito para ti, porque me quedo con una lección he aprendido en 2015: hay que ser conscientes de que somos la inspiración de algunos. Espero no defraudar.

Imagen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte en Twitter