martes, 20 de enero de 2015

Vivir sin hijos: una buena opción para una vida satisfactoria

La vida sin hijos, ser un childfree, junto a la tendencia a ser single, se está convirtiendo en algo cada vez más habitual en Occidente. Se estima que un hijo cuesta unos 300 000 euros hasta que cumple los 18; o que una pareja que trabaja con hijos solo tiene 40 minutos al día para sí mismos, frente a las 3 horas de una pareja childfree; no tener hijos da mayor libertad para viajar, menos estrés, etc. Si esto tiene tantas ventajas, ¿por qué está todavía mal visto por la sociedad?

Hace casi 20 años mi profesor de inglés, en una clase sobre los parentescos y la familia, nos preguntó a toda la clase de secundaria quién no quería tener hijos. Fui el único en levantar la mano, y otro alumno la levantó tras de mí (no sé si para que no me sintiera excluido). El caso es que uno de mis amigos me dijo en ese instante que le había comunicado a la clase de forma indirecta que era gay; nada más lejos de la realidad. A día de hoy sigo pensando igual.



España estaba en 2013 en la posición 175 en tasa de natalidad (datosmarco.com) y desde 2008 el número de nacimientos cayó un 18 % (ABC, 24/06/2014). En Estados Unidos una de cada cinco mujeres supera la edad fértil sin haber tenido hijos (en los 70 eran una de cada diez) (Pereda y Galindo, 6/12/2014).

A pesar de estos datos, mucha gente ve el hecho de no tener hijos como algo propio de Peter Panes o adultos inmaduros o egoístas. ¿De verdad querer tener una calidad de vida alta, alcanzar metas profesionales, disponer de libertad financiera y ser, al fin y al cabo, más feliz es algo propio de personas inmaduras? ¿Acaso no es más egoísta tener un hijo y educarlo según los estándares que uno se plantea, o en unas condiciones económicas adversas? ¿No es egoísta pretender que un hijo sea nuestro cuidador cuando alcancemos la etapa de la dependencia, en la tercera edad? Todo esto es debatible.

No estoy diciendo que no tener hijos sea la mejor opción, afirmo que se trata de una alternativa tan legítima como la paternidad. Está claro que existe mucha gente que realmente desea ser padre y se lo puede permitir, muy bien. También hay mucha gente, como Maribel Verdú, Jay Leno, Ricky Gervais, Maruja Torres, Cameron Díaz, etc., que ven que es totalmente viable tener una vida en pareja (o no) y no tener hijos para ser felices; muy bien también.

Las personas childfree (término que prefieren al de «childless» las personas con este estilo de vida, porque childless connota semánticamente que falta algo o que no se ha podido tener hijos a pesar de desearlos) amamos por encima de cualquier cosa la libertad y ser responsables de nuestras vidas.

Algunos testimonios afirman que se sienten libres de seguir trabajando para poder permitirse compras en Nueva York o San Francisco; que tienen libertad de poder gastarse el dinero en sí mismos o con la pareja; libertad para pasarse el día leyendo o en una sesión de spa; libertad para dedicarle tiempo a uno mismo, en lugar de alimentar, vestir, lavar o jugar con un niño; libertad, en el caso de las mujeres, de tener el cuerpo que se desea sin alteraciones como el embarazo, etc. (Defago, 2005).

Las personas que no queremos hijos no forzosamente detestamos a los niños. Todos tenemos en cierto modo sobrinos, primitos, etc., de los que somos sus modelos y disfrutamos pasando tiempo con ellos. Otra cosa es estar 24 horas al día con niños y educarlos como padres.

Otras razones por las que no tener hijos no es ser egoísta es por las razones ecológicas: somos 7000 millones de habitantes en el mundo, por lo tanto muchos consideran que no tener hijos es hacerle un favor a la humanidad, evitando saturar a medio plazo nuestros recursos (Defago, 2005).

Otras personas sin hijos contribuyen en labores sociales como el voluntariado (que no son necesariamente ni religiosos ni castos) (véase Cain, 2001).

En conclusión, no tener hijos es un estilo de vida tan válido como el tradicional. Poco a poco la sociedad va aceptando esta tendencia que hace que las personas alcancen sus metas, su realización personal sin la necesidad de cargar con una descendencia que suele restar calidad de vida. Se trata de una decisión personal que no suele cambiar con el tiempo, contrariamente a lo que se cree.

Con este post invito a la reflexión de que existe una alternativa, una posibilidad de hacer introspección con nosotros mismos y de vivir con autenticidad y satisfacción. Espero que cuando algún profesor haga de nuevo de esa pregunta, más personas se animen a levantar la mano, sin pudor y con orgullo.


Referencias bibliográficas:

Cain, Madelyn. (2001). The Childless Revolution: What it Means to be Childless Today. Nueva York: Perseus.

Datosmacro.com. (s. f.). Desciende la tasa de natalidad en España en 2013.
         <http://www.datosmacro.com/demografia/natalidad/espana> [consulta 17-01-2015].

Defago, Nicki. (2005). Childfree and Loving It! Londres: Fusion Press.

Los nacimientos en España caen por quinto año y reflejan la falta de relevo poblacional. (26 de junio de 2014). ABC. <http://www.abc.es/sociedad/20140624/abci-caida-nacimientos-espana-201406241144.html> [consulta 17-01-2015].

Pereda, Crisitna F. y Cristina Galindo (6 de diciembre de 2014). Debates en torno a la maternidad. El País Semanal. <http://elpais.com/elpais/2014/12/04/eps/1417719386_699847.html> [consulta 17-01-2015].





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