La vida sin hijos, ser un childfree, junto a la tendencia a ser single, se está convirtiendo en algo
cada vez más habitual en Occidente. Se estima que un hijo cuesta unos 300 000
euros hasta que cumple los 18; o que una pareja que trabaja con hijos solo
tiene 40 minutos al día para sí mismos, frente a las 3 horas de una pareja childfree; no tener hijos da mayor
libertad para viajar, menos estrés, etc. Si esto tiene tantas ventajas, ¿por
qué está todavía mal visto por la sociedad?
Hace casi 20 años mi profesor
de inglés, en una clase sobre los parentescos y la familia, nos preguntó a toda
la clase de secundaria quién no quería tener hijos. Fui el único en levantar la
mano, y otro alumno la levantó tras de mí (no sé si para que no me sintiera
excluido). El caso es que uno de mis amigos me dijo en ese instante que le
había comunicado a la clase de forma indirecta que era gay; nada más lejos de la realidad. A día de hoy sigo pensando
igual.
España estaba en 2013 en la posición
175 en tasa de natalidad (datosmarco.com) y desde 2008 el número de
nacimientos cayó un 18 % (ABC, 24/06/2014). En Estados Unidos una de cada
cinco mujeres supera la edad fértil sin haber tenido hijos (en los 70 eran una
de cada diez) (Pereda y Galindo, 6/12/2014).
A pesar de estos datos, mucha
gente ve el hecho de no tener hijos como algo propio de Peter Panes o adultos
inmaduros o egoístas. ¿De verdad querer tener una calidad de vida alta,
alcanzar metas profesionales, disponer de libertad financiera y ser, al fin y
al cabo, más feliz es algo propio de personas inmaduras? ¿Acaso no es más
egoísta tener un hijo y educarlo según los estándares que uno se plantea, o en
unas condiciones económicas adversas? ¿No es egoísta pretender que un hijo sea
nuestro cuidador cuando alcancemos la etapa de la dependencia, en la tercera
edad? Todo esto es debatible.
No estoy diciendo que no tener
hijos sea la mejor opción, afirmo que se trata de una alternativa tan legítima
como la paternidad. Está claro que existe mucha gente que realmente desea ser
padre y se lo puede permitir, muy bien. También hay mucha gente, como Maribel
Verdú, Jay Leno, Ricky Gervais, Maruja Torres, Cameron Díaz, etc., que ven que es
totalmente viable tener una vida en pareja (o no) y no tener hijos para ser
felices; muy bien también.
Las personas childfree (término que prefieren al de «childless»
las personas con este estilo de vida, porque childless connota semánticamente que falta algo o que no se ha podido tener hijos a pesar de desearlos)
amamos por encima de cualquier cosa la libertad
y ser responsables de nuestras vidas.
Algunos testimonios afirman que se sienten libres de seguir trabajando para poder permitirse compras en Nueva York o San Francisco; que tienen libertad de poder gastarse el dinero en sí mismos o con la pareja; libertad para pasarse el día leyendo o en una sesión de spa; libertad para dedicarle tiempo a uno mismo, en lugar de alimentar, vestir, lavar o jugar con un niño; libertad, en el caso de las mujeres, de tener el cuerpo que se desea sin alteraciones como el embarazo, etc. (Defago, 2005).
Algunos testimonios afirman que se sienten libres de seguir trabajando para poder permitirse compras en Nueva York o San Francisco; que tienen libertad de poder gastarse el dinero en sí mismos o con la pareja; libertad para pasarse el día leyendo o en una sesión de spa; libertad para dedicarle tiempo a uno mismo, en lugar de alimentar, vestir, lavar o jugar con un niño; libertad, en el caso de las mujeres, de tener el cuerpo que se desea sin alteraciones como el embarazo, etc. (Defago, 2005).
Las personas que no queremos
hijos no forzosamente detestamos a los niños. Todos tenemos en cierto modo
sobrinos, primitos, etc., de los que somos sus modelos y disfrutamos pasando
tiempo con ellos. Otra cosa es estar 24 horas al día con niños y educarlos como
padres.
Otras razones por las que no
tener hijos no es ser egoísta es por las razones ecológicas: somos 7000 millones
de habitantes en el mundo, por lo tanto muchos consideran que no tener hijos es
hacerle un favor a la humanidad, evitando saturar a medio plazo nuestros
recursos (Defago, 2005).
Otras personas sin hijos
contribuyen en labores sociales como el voluntariado (que no son necesariamente
ni religiosos ni castos) (véase Cain, 2001).
En conclusión, no tener hijos
es un estilo de vida tan válido como el tradicional. Poco a poco la sociedad va
aceptando esta tendencia que hace que las personas alcancen sus metas, su
realización personal sin la necesidad de cargar con una descendencia que suele
restar calidad de vida. Se trata de una decisión personal que no suele cambiar
con el tiempo, contrariamente a lo que se cree.
Con este post invito a la
reflexión de que existe una alternativa, una posibilidad de hacer introspección
con nosotros mismos y de vivir con autenticidad y satisfacción. Espero que cuando
algún profesor haga de nuevo de esa pregunta, más personas se animen a levantar
la mano, sin pudor y con orgullo.
Referencias bibliográficas:
Cain,
Madelyn. (2001). The Childless
Revolution: What it Means to be Childless Today. Nueva York: Perseus.
Datosmacro.com.
(s. f.). Desciende la tasa de natalidad en España en 2013.
<http://www.datosmacro.com/demografia/natalidad/espana>
[consulta 17-01-2015].
Defago,
Nicki. (2005). Childfree and Loving It! Londres:
Fusion Press.
Los
nacimientos en España caen por quinto año y reflejan la falta de relevo
poblacional. (26 de junio de 2014). ABC.
<http://www.abc.es/sociedad/20140624/abci-caida-nacimientos-espana-201406241144.html> [consulta 17-01-2015].
Pereda, Crisitna F. y Cristina Galindo (6 de diciembre de 2014). Debates en torno a la maternidad. El País Semanal. <http://elpais.com/elpais/2014/12/04/eps/1417719386_699847.html> [consulta 17-01-2015].
Pereda, Crisitna F. y Cristina Galindo (6 de diciembre de 2014). Debates en torno a la maternidad. El País Semanal. <http://elpais.com/elpais/2014/12/04/eps/1417719386_699847.html> [consulta 17-01-2015].
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