Comentario sobre los capítulos y artículos
¿Qué
es interpretar en la fase de comprensión? La respuesta, en principio, depende
de si interpretamos textos orales o escritos, estos requieren herramientas más
propias de un filólogo y aquellos suelen ser más accesibles a la conciencia
debido a sus frecuentes enunciados pragmáticos sin adornos estilísticos. Pero
¿puede haber un punto de unión en que una interpretación de un texto escrito se
realice desde la perspectiva interpretativa pensada en principio para la
interpretación de conferencias?
La Escuela de París piensa que sí (resumen 1)
y recientes investigaciones en traductología cognitiva usan esta teoría en sus
experimentos como el de los investigadores Antin Fougner Rydning y Christian
Michel Lachaud (2010) (resumen 3) que resaltan la importancia de la pericia a
la hora de traducir y la necesidad de los últimos instrumentos para hacer que
la investigación traductológica avance.
Este avance, como ya anticipaba Lederer
(1994), sólo se puede hacer de manera interdisciplinaria en las que expertos en
materias como la psicolingüística, la psicología cognitiva, la filología y la
neurociencia, aportan cada vez más luz y más certezas acerca del complejo
proceso de la traducción. Vivimos en un mundo interdependiente.
Pero ¿tiene que ver algo la traducción interpretativa
con la hermenéutica? Según la Escuela de París, no son lo mismo porque mientras
la teoría del sentido es muy optimista en cuanto a las posibilidades de hallar
un «sentido o querer decir» que una el texto origen con el texto meta, en
cambio Eco (2008) (resumen 2) afirma que todo texto tiene múltiples
interpretaciones previas, sendas por escoger, y todo ello requiere una
profundización en el contexto histórico y conocimiento sobre el autor.
Otros
investigadores en cambio, como Teodoro Sáez Hermosilla (1987), encuentran
ciertas conexiones del sentido o querer
decir con la hermenéutica
fenomenológica, es decir, aquella que refiere al estudio del lenguaje
relacionados con los contenidos de la conciencia, ya que el «percepto mental» o
«unidad de sentido» aparece en nuestra conciencia de forma «desverbalizada» y
este es un elemento indispensable para que la traducción, como acto de
comunicación que es, se lleve a cabo; esto es un procedimiento que nos libra de
caer en un subjetivismo absoluto, según él (desarrollar este tema con la
profundidad que requiere excede los límites espaciales del presente trabajo) (Saéz Hermosilla, 1987:
111-124).
En este sentido la traducción interpretativa
se sitúa más próxima a la visión pierceana (quien a su vez influyó en Roman
Jakobson, estructuralista, lo que explica por qué la Escuela de París tiene una
visión optimista que ve la traducción como algo siempre posible) porque
Lederer, Seleskovitch y García Landa entienden también la traducción como un
proceso en el que el sentido es insinuado mediante enunciados explícitos e
implícitos o pars pro toto (sinécdoque)
que hace que tengamos por ejemplo diversos nombres para un objeto mencionando
sólo una parte de su referente (v. gr.: cuadro, painting, tableau se
refieren literal y respectivamente a: la forma, al producto aplicado en la
superficie y a la superficie) (Lederer, 1994: 58).
No hay que olvidar que lo que es implícito en
la comunicación se suele explicitar mediante el contexto, asunto en que en los
tres resúmenes se llega a la misma conclusión: se elimina la ambigüedad inicial
de las palabras aisladas y además, según el artículo de Rydning y Lachaud
(2010), el contexto hace que se reformulen mayores equivalentes para el texto
meta, tanto para sujetos bilingües como para traductores profesionales (que
tardaron menos en visualizar cada palabra polisémica); por ejemplo, para la
palabra aislada proposition, todos
coincidieron en traducirla al noruego forslag,
un solo voluntario bilingüe y cinco traductores profesionales encontraron
significados alternativos cuando transcodificaron el término; en cambio, la
misma palabra en contexto, produjo once traducciones distintas teniendo en
cuenta a los sujetos bilingües y a los traductores profesionales juntos (lo que
supone el doble de respuestas) y sólo dos personas bilingües mantuvieron la
palabra forslag.
Esto demuestra como los instrumentos
empíricos de la ciencia ayudan a ir más allá de nuestras intuiciones de partida
y que la operación de «reverbalización» es más libre (más adelante matizaré
esta afirmación siguiendo a Eco, 2008).
Lederer toma de Steiner (1975) lo de la
transferencia de significado y la importancia del sentido, —este autor ve la
traducción como un caso particular que se realiza en una lengua en concreto
(entender es traducir) de la relación de comunicación establecida por el acto
verbal efectivo—. (Continuará en el siguiente post y última
parte del artículo).
Referencias
bibliográficas
Eco, U.
(2008). Decir casi lo mismo. Trad.
Helena Lozano Miralles. Barcelona: Lumen.
Lederer, M.
(1994). La traduction aujourd’hui.
París: Hachette.
Rydning, A. F. y C. F. Lachaud (2010). «The Reformulation Challenge in Translation. Context Reduces Polysemy During Comprehension, but Multiplies Creativity During Production», en Shreve, G. M. y E. Angelone (eds.). Translation and Cognition. Amsterdam: John Benjamins: 85-108.
Sáez Hermosilla, T.
(1987). Percepto mental y estructura rítmica. Cáceres: Servicio de
Publicaciones Universidad de Extremadura.
(Imagen): © Jorge Lucas Pérez
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