martes, 1 de mayo de 2018

Resumen de la charla «Cerebro dañado… ¿Y después qué?»



Estimado lector, retomo el blog tras unos meses bastante atareado; te agradezco tu paciencia y fidelidad. Hoy te voy a hablar de mis impresiones sobre una charla a la que asistí en la Facultad de Psicología de mi universidad. El tema: las afasias y su abordaje terapéutico desde el punto de vista de la investigación. La rehabilitación es casi siempre posible. Veámoslo. 

El martes 10 de abril de 2018 durante la Semana Cultural de Psicología y Logopedia de la Universidad de Málaga tuvo lugar una ponencia por parte de la investigadora Diana López Barroso, del grupo UNCA (Unidad de Neurología Cognitiva y Afasia).

El motivo de su charla fue el de dar a conocer a los estudiantes la realidad y el impacto de las afasias causadas tanto por traumatismos e ictus en la población (un 30 % de las personas que sufren ictus acaban con algún tipo de afasia). También se trataba de divulgar cómo se debe abordar estos problemas desde el punto de vista tanto clínico como investigador.

La Dra. Diana López Barroso, investigadora del UNCA (Unidad de Neurología Cognitiva y Afasia, en Málaga).

Comenzó hablando de su grupo de investigación, UNCA, situado en el Centro de Investigaciones Médico-Sanitarias (CIMES) y que está formado, entre otros, por Guadalupe Dávila, Marcelo Berthier, Lisa Edelkraut y María José Torres Prioris. Se trata de un equipo interdisciplinar que trabaja con pacientes con trastornos del lenguaje causados en su mayoría por ictus.

Después, nos fue introduciendo en la problemática de los distintos tipos de afasia y su cronicidad. En este punto afirmó que la ventana de recuperación de las funciones del lenguaje es mucho más amplia de lo que se esperaba, ya que incluso las personas que tienen una afasia crónica pueden mejorar con una estimulación intensiva del lenguaje junto con una medicación adecuada, además de usar la estimulación eléctrica transcraneal. Nos mostró gráficas que demostraban dicha eficacia. 

Durante el resto de la ponencia nos estuvo hablando de cómo se estimula a estos pacientes para rehabilitarlos y de cómo pueden, por ende, mejorar su calidad de vida de forma significativa. Entre las múltiples investigaciones, nos habló de las dos vías cerebrales que intervienen sobre todo en el hemisferio izquierdo —hemisferio del lenguaje para gran parte de la población— que son la ruta ventral y dorsal. La primera es la ruta del procesamiento del significado de las palabras (vía semántica) y está en las zonas temporales superiores y medias y más distribuida entre los dos hemisferios. La segunda ruta, la dorsal, pasa por las zonas posteriores del lóbulo temporal y frontal y el giro angular (zona perisilviana del cerebro); está relacionada con la construcción, repetición y articulación de la palabra (vía subléxica). Se vio, en la tesis doctoral de López-Barroso, que, si una de las rutas estaba afectada, el cerebro podía reclutar las funciones de esta por la otra ruta (en este caso, aquellos que tuvieron el fascículo arqueado afectado pudieron aprender palabras usando la ruta ventral).

Las dos rutas del lenguaje en el cerebro: la ruta dorsal y ventral (muy simplificado).

En cuanto a la terapia intensiva del lenguaje, en el UNCA usan con éxito la terapia REGIA (adaptación de la terapia CIAT), que consiste una rehabilitación del lenguaje que se aplica durante tres horas diarias durante dos semanas consecutivas (treinta horas). Se ha demostrado que esta terapia es muy eficaz en pacientes con afasia crónica, sobre todo si se combina con medicamentos como la memantina o el donepecilo (agonistas del neurotransmisor acetilcolina), además de la estimulación eléctrica transcraneal. El posible inconveniente de esta terapia es que, si los pacientes son de edad muy avanzada, puede producirles cansancio, por eso se debe controlar muy bien los descansos para que la eficacia sea mayor.

La verdad es que la ponencia fue muy rica, tanto que la investigadora no tuvo más remedio que dejar mucha información en el tintero por razones de tiempo (había muchas diapositivas).

En suma, quedó claro que el profesional e investigador que trabaja en este campo (como en cualquier ámbito de la ciencia) debe actualizar siempre su aprendizaje porque cada día hay aportaciones que hacen que lo que se sabía ayer quede obsoleto. La afasia es un mal que afecta cada vez a un mayor número de personas debido al envejecimiento de la población, por lo que es muy importante conocer este tipo de terapias con un potencial tan alto para mejorar la calidad de vida de las personas. El cerebro puede estar dañado, pero gran parte de su funcionamiento puede ser recuperado, ya que la capacidad de aprender se preserva.

Imagen 1.

Imagen 2.




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