martes, 26 de mayo de 2015

Feedback y progreso: la sabiduría del que sabe rectificar

Recibir feedback es algo que necesitamos al realizar cualquier actividad; de ello depende que sigamos motivados para alcanzar nuestras metas.

Cada día recibimos feedback o retroalimentación: cuando ajustamos el volante del coche al conducir, cuando modulamos el lanzamiento de un dardo en la segunda tirada. Este tipo de feedback es el que se necesita para potenciar la motivación intrínseca o aquella motivación que nos permite hacer una actividad por el mero placer de realizarla, sin esperar recompensas externas.

Ventana de Johari


Por otro lado, existe un feedback más específico, preciso, mesurado, sereno y coherente que consiste en consejos por parte de otras personas sobre alguna actuación concreta, por ejemplo, aquel feedback que se da en Toastmasters International a los oradores que acaban de dar un discurso y se les indica que mejoren su postura corporal, sus gestos o que eviten el uso de la muletilla «eh». O bien, ese feedback que te da tu jefe de ventas sobre tu performance en una venta telefónica para que mejores la sonrisa telefónica, la modulación de la voz o los cierres parciales.

En los dos casos anteriores estamos ante un tipo de retroalimentación externa, aquella que nos hace ver lo no logramos ver: nuestra área ciega o área que es desconocida para el yo, pero conocida por los demás (basándonos en la herramienta de coaching «la ventana de Johari»).

Esta clase de feedback puede estar referida tanto a aspectos positivos de nuestra actuación, como negativos; nos permite rectificar y perfeccionar lo que estamos haciendo. Este mismo proceder sigue la técnica o progreso tecnológico que necesita conocer los resultados para poder anticipar nuevas estrategias de perfeccionamiento.


Así que es importante ser humildes para progresar en nuestro ámbito y escuchar siempre la retroalimentación que se nos facilite (que no siempre va a ser de calidad). Todos tenemos áreas ciegas y todos podemos aumentar nuestro nivel de conciencia sobre nosotros mismos. La gran ventaja es que gracias al feedback vamos interiorizando hábitos que poco a poco nos acercarán a la excelencia. Está claro que podemos y debemos aprender de nuestros errores, aunque también de nuestros aciertos. I am never fed up with feedback!





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