Recibir
feedback
es algo que necesitamos al realizar cualquier actividad; de ello depende que
sigamos motivados para alcanzar nuestras metas.
Cada
día recibimos feedback o
retroalimentación: cuando ajustamos el volante del coche al conducir, cuando
modulamos el lanzamiento de un dardo en la segunda tirada. Este tipo de feedback es el que se necesita para potenciar la motivación intrínseca o
aquella motivación que nos permite hacer una actividad por el mero placer de
realizarla, sin esperar recompensas externas.
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Ventana de Johari |
Por otro
lado, existe un feedback más
específico, preciso, mesurado, sereno y coherente que consiste en consejos por
parte de otras personas sobre alguna actuación concreta, por ejemplo, aquel feedback que se da en Toastmasters International a los oradores que acaban de dar un discurso y se les indica que
mejoren su postura corporal, sus gestos o que eviten el uso de la muletilla
«eh». O bien, ese feedback que te da
tu jefe de ventas sobre tu performance
en una venta telefónica para que mejores la sonrisa telefónica, la modulación de la voz
o los cierres parciales.
En los
dos casos anteriores estamos ante un tipo de retroalimentación externa, aquella
que nos hace ver lo no logramos ver: nuestra área ciega o área que es desconocida para el yo, pero conocida por
los demás (basándonos en la herramienta de coaching
«la ventana de Johari»).
Esta
clase de feedback puede estar referida
tanto a aspectos positivos de nuestra actuación, como negativos; nos permite
rectificar y perfeccionar lo que estamos haciendo. Este mismo proceder sigue la
técnica o progreso tecnológico que
necesita conocer los resultados para poder anticipar nuevas estrategias de
perfeccionamiento.
Así
que es importante ser humildes para progresar en nuestro ámbito y escuchar
siempre la retroalimentación que se nos facilite (que no siempre va a ser de
calidad). Todos tenemos áreas ciegas y todos podemos aumentar nuestro nivel de
conciencia sobre nosotros mismos. La gran ventaja es que gracias al feedback vamos interiorizando hábitos
que poco a poco nos acercarán a la excelencia. Está claro que podemos y debemos
aprender de nuestros errores, aunque también de nuestros aciertos. I am never fed up with feedback!
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